Señor Policía: ¿latas de cerveza a 600 euros?
Generación perdida, Carmen Ruiz de Apodaca
"Señor
policía, no saquemos las cosas de quicio, usted sabe mejor que yo que esta
multa es injusta. Usted sabe que no tenemos trabajo, si no, no estaríamos aquí
un lunes por la noche charlando en la calle y observando la decadencia de
nuestro tiempo. Usted sabe que no hacemos ruido, que no molestamos, que no
somos peligrosos, que sería injusto que nosotros pagáramos los agujeros del
Estado o su propio malestar.
Pero
le entiendo, Señor policía, yo no llevo un arma y por eso pienso todas estas
cosas. Yo sé, Señor policía, que cuando uno tiene un arma, cuando uno se cree
con autoridad, desaparecen los escrúpulos, la moral y la misericordia. Hay muchos
estudios al respecto, Señor policía, no me lo invento yo, pero claro, usted
ahora mismo tiene un arma, lo que lo aleja de su condición de hombre y le da
una clara ventaja sobre cualquier otro ente únicamente pensante. Es una pena,
Señor policía, pero cuando esta noche llegue a casa, después de ponerme la
multa de 600 euros, después de haberle dado cuatro o cinco patadas a un negro
para cachearle sin encontrar nada, cuando se quite el arma y recupere su
estatus humano, al calor del cuerpo suave de su mujer, piense en ello. Piense,
Señor policía en esto que le estoy diciendo y piense en la que se nos viene
encima a todos los miserables que tenemos que beber cerveza en un parque al
aire libre mientras pensamos cómo nos vamos a ganar la vida, cómo vamos a
realizar nuestros sueños que llevan muchos años frustrados; piense en la que se
nos avecina si de pronto, adquirimos una deuda con la administración, una deuda
que irá en aumento al no poder pagarla, y todo, Señor policía, porque usted
lleva un arma y le han dicho que esto está prohibido. Sí, lo entiendo, Señor policía,
usted no dicta las normas, es su deber. Quédese tranquilo, Señor policía,
póngame la multa que se hace tarde y su mujer le estará esperando".
No puedo evitar escuchar tu voz mientras leo.
ResponderEliminarQuiero más!!!
Me gusta lo que has escrito, ademàs tienes razón. Rosa
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